Eres Lluvia

Te acuerdas cuando te conté, mientras manejabas y yo te miraba, lo mucho que me gustaba el intervalo de silencio al pasar bajo un puente en un día lluvioso? Yo lo recuerdo cada vez que paso bajo un puente, y he llegado al maravilloso descubrimiento que ahora es lo que menos me gusta. No me gusta porque resulta que ahora tu eres como la lluvia. Y cuando llueves el cielo se oscurece y yo me alegro, y ese intervalo de silencio que antes tanto me gustaba, es ahora el silencio que me deja en un vacío insoportable.

A veces llueves a cántaros, y mis calles se inundan, y hay deslices en las montañas, y mi ciudad entra en estado de pánico. Llueves memorias y llueves sonrisas, paseos en carro, noches en un puente, medias noches bajo un árbol, tardes entre libros, y mañanas en la cama; llueves música y comida, libros y escritura: y hoy lloviste poesía.

Resulta que ahora soy fanática de la lluvia. Y me gusta salir así, sin preocupaciones, y sin sombrilla. Me gusta mojarme y sentir las gotas en mi ropa, y en mi pelo, y en las medias y en los zapatos. Me gusta sentirte sobre mí, y me gusta saber que el agua se estanca cuando llueve mucho, porque aún cuando se seque, se evaporará y se condensará, y las nubecitas que parecen tener forma tuya, van a traerte de vuelta a mi.

Pero lo malo es que en las noticias me dijeron, que la lluvia solo cae en mi ciudad.

Parece que en la tuya están en meses de sequía, y yo aquí, me sigo inundando.

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